....lo amaba tanto, ansiaba su presencia de forma tan desmedida, que deseaba su tacto como el aire.
Su ausencia repentina fue un trago turbador de tal altura, que su impotencia ante el crimen , de tanta envergadura, se sumió en la incondicional necesidad imperativa de hallar respuesta real, palpable, materia conductible a la razón humana, a lo físico demostrable, en lo mas sincero de la consciencia propia y autentica.
Así es de cierto, TOMAS, necesitaba creer en sus sentidos, en sus ojos, en sus manos, en sus oídos, no podía creer en la palabra por que era necesario su testimonio para autentificar la necesidad de creer en lo imposible.
La película que hoy he visionado, no es un film cualquiera, no es el típico largometraje en donde se narra la pasión de Jesucristo, sino por el contrario la pasión de Tomas, uno de sus discípulos, el mas importante a mi juicio, después de releer y visionar la narración - fuera y al margen de interpretaciones mas categóricas por históricas y científicas- pues en tal coyuntura, el hombre en su pureza vuelve a ser instrumento de Dios a fin de autentificar, de dar sentido al acto de fe. Refleja este film la apasionada búsqueda que Tomas llevo a cabo, del cuerpo de Jesús tras morir en la cruz y hasta su aparición al discípulo, tras la resurrección, plasma con enfatizada vehemencia las vicisitudes del Apóstol en sus entrevistas con Jose de Arimatea, Caifas, Cayo y Longinos, y al tiempo establece en paralelo las meditaciones y dudas que van asediando la entereza de Tomas, hasta el punto de creerse abandonado, descartado por Jesús, lo que sitúa la película en un plano espiritual trasladable a la actualidad.
En su principio, Tomas llega al Calvario, ahogado, sin aire, derrotado y en lamentaciones vanas, ante la verdad de no haber podido impedir la ejecución, que se ve acuciada cuando no halla el cadáver de Jesús y por contra esta misma escena da sentido al resto del relato, pues abrazando el madero vacío ya se anticipa el verdadero sufrimiento del protagonista. En este acto la desesperación fundamenta la actitud y la voluntad de acción quizás en un intento reivindicativo de piedad y perdón ante la impotencia, lo que da veracidad a la fragilidad del ser humano.
Es significativo el matiz político que a lo largo del desarrollo de la historia el director implanta como constante justificativa de los diversos personajes, me refiero a la calidad de mártir y héroe que el Mesías podía y de hecho adquirió, pero en la narración no es lo mas importante sino tan solo un apoyo para identificar claramente y de forma fehaciente la catadura moral de los protagonistas históricos.
Pero,¿realmente Tomas no encuentra a Jesús o lo que nos hace entender el film es que Tomas necesariamente y por voluntad de Dios, se pierde en la duda, en la agonía viva que supone la incredulidad, para posteriormente en la verdad de la palabra otorgada por el Hijo de Dios, demostrarnos que a todas luces es mas fácil creer que no hacerlo?
Claramente en el transcurrir del film se anteponen dos formas de asumir los hechos; por una parte Tomas, un hombre de carácter decidido a salvaguardar y respetar religiosamente los restos mortales de su Maestro para evitar su profanación por parte de los anticristianos - principalmente el Sanedrín y Roma- que se ve imbuido en la incertidumbre, cuando conoce la noticia de la desaparición del sepulcro, un hombre frente a frente con la decisión de fe que supone aceptar la palabra de Jesús en tanto y en cuanto el predijo su resurrección, o un hombre ofendido e impotente que no pudo evitar la muerte y ahora tampoco el sacrilegio, trascendiendo-lo a la ansiedad, la desesperación y la confusión, necesitando por ello una señal divina que demanda constantemente para no reconocer el abandono, la negación y la derrota; por otra están el resto de discípulos dirigidos por Juan y Pedro que junto a Maria, madre y Maria Magdalena, calmados, esperanzados y fuertes en la fe de la palabra aguardan con impaciencia el devenir divino, la hora culmen del triunfo sobre la muerte para el regreso a la vida.
Así pues este contraste, es la fuerza del mensaje. Es mas fácil creer que no hacerlo, ya que la actitud de Tomas hace de el una victima de sus propios temores y dudas. Y es en este punto donde podemos trasladar los hechos y su concepción espiritual a la actualidad. De forma definitiva, como razón ultima es tan fácil y necesario creer que cual quier duda nos aboca a un mar tempestuoso lleno de desventuras, conflictos, errores y maldiciones. A veces buscamos con tanta desmesura a Dios en lo material y en lo superfluo que en el intento nos alejamos de la sencillez, de lo simple y natural.
Yo creo que esta es la leccion que Dios nos aporta desde la desconfianza y el recelo de Tomas.
