Se acercan fechas muy importantes para la comunidad cristiana.
Cierto es que aquellas personas que directamente estamos mas cercanos a los grupos de organización de la semana santa almanseña sentimos esa proximidad de forma mas acuciada, ya que durante todo el año estamos pendientes de la coordinación de los distintos eventos a desarrollar, pero también lo es que ese protagonismo relativo, no debe cegar nuestra objetividad a la hora de intentar hacer participes en esas tareas al resto de la comunidad, que la hay y no es precisamente minoritaria.
La semana santa almanseña, se halla en unos momentos de crecimiento, y como todo ser o entidad en desarrollo, debe gozar de los cuidados y mimos necesarios, de manera que los pilares que se van afianzando no terminen por ser barro de un gran lodazal. De forma exclusiva, la hermandad, y esta inculcada con ejemplo en nuestros menores(fraternidad), puede fortalecer el sentimiento de grandeza que requieren nuestros actos de manifestación cristiana.
Es la hora por tanto de olvidar, olvidar rencillas, dimes y diretes, malentendidos, acusaciones vanas llenas de rencor y desprecio, malas intenciones y despechos, y por el contrario recordar que vamos juntos y en unión, bajo el mismo paso, con los mismos cirios, en la misma estación penitencial, y esa fuerza es la que nos lleva a ser importantes en la comunidad, ya que en HERMANDAD aclamamos la grandeza del misterio de Dios por las calles de nuestra ciudad.
Por ello y desde lo mas ínfimo de mi insignificante colaboración, quisiera pedir a mis hermanos costaleros, que no importan los errores de quienes nos conducen, perdonemos, ayudemos a que rectifiquen o cambiemos de conductor, pero sus tropiezos no deben ser la causa de nuestro abandono y mucho menos verdugos de nuestra voluntad cristiana para con la sociedad, y a mis hermanos capataces les pido que, se dejen aconsejar por los pies que mandan y los hombros que sufren el peso, ellos dirigiendo, son el nexo de unión entre lo que parece imposible y no lo es, son la chispa que hace prender el fuego y esa chispa nunca debe abrasar sino avivar las llamas que de un año para otro quedan en simple rescoldo incasdencente, y sin animo de menoscabar su figura a mis hermanos Mayores les imploro a que sientan en la fuerza de la tolerancia, la madre de la sabiduría que ha de hacerlos buenos directores de orquesta, deduciendo por intuición cuando han de hacer sonar los distintos instrumentos en su momento concreto, para que la sinfonía de amor que es una estación penitencial no desafine, todo ello sin llegar a ser transgresor con los principios cristianos que nos mueven.
Y a todos en general, aunando esfuerzo y sacrifico junto a nuestros rectores y sabios sacerdotes, que demos ejemplo vivo de hermandad, de perdón y amor por lo que hacemos, sentimos y deseamos, que coincidiréis conmigo en que es el buen renacer de la semana santa almanseña y a mas largo plazo, dejar las bases bien aplomadas de una conducta que hoy en día y con los tiempos que corren, mas bien parece extraña mas que habitual, ya que resulta curioso que en estos tiempos de crisis, tanto de moralidad, espiritualidad y puramente materialista, deseamos cambiar los parámetros de convivencia consumista que nos rigen y no intentamos nada por reformarlos, acomodandonos en el abandono y culpando a lo demás de nuestro propio fracaso.
La foto que publico en esta ocasión, es sinónimo de todo lo que pienso. Incluso en su desorden es capaz de plasmar lo que ahora mismo somos, una amalgama de ideas buenas que tan solo necesitan el apoyo de todos nosotros y de la voluntad de querer ser hermanos en Dios, quizás únicamente por dejar en la historia de Almansa un ejemplo de amor fraternal, conciliador y redentor de cada una de nuestras vidas, estoy seguro que a EL le sera suficiente y a nosotros gratificante.
Un saludo hermanos, en Dios nuestro Señor.
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